Aquellas palabras me llenaron de valor, di un beso a Mery en la frente, la mire a los ojos y la susurre -Todo va a salir bien-, ella con ojos llorosos me agarro de la manga como obligándome a que me quedara, yo eleve mi dedo hasta mis labios indicando silencio. Me soltó y se acurruco en la oscura esquina, me apoye en la pared y abrí un poco la puerta, el rayo de luz me cegó instantáneamente, y al momento pude observar la gravedad del problema. Cerre los ojos fuertemente, quite el seguro de mi arma, y conté hasta 3 -1,2...¡3!- salí de aquel pequeño armario y comencé a disparar ciegamente, sin tener un objetivo claro, Mery salio del armario para ayudarme, ella era muy cobarde pero bastante buena con las armas, los mercenarios respondieron al ataque. -¡Corre!- Grité, cogí de la mano a mi compañera, recorrimos el largo pasillo a pesar de que el tiroteo continuaba, de un placage como si de rugby se tratara tumbamos la puerta de la vieja casa, pero en ningún momento dejamos de correr, aun oíamos los gritos de agonía y de clemencia de algunos de los soldados. Tras correr al menos 200 metros y ocultarnos en el espeso bosque aparté la mano de mi costado izquierdo, clave la mirada en los ojos de Mery y caí mareada al frió y húmedo suelo..., me habían dado
-¡Britany, Britany!,¡Britany despierta joder!-
los gritos de Mery retumbaban en mi cabeza como si tuviera una cacerola puesta de casco y alguien la golpeara, los parpados me pasaban, intentaba abrir los ojos pero por muy curioso que parezca me resultaba imposible, pude sentir como Mery me arrastraba por el suelo del viejo bosque, tiraba de mis brazos.Con un ultimo impulso de voluntad conseguí abrir los ojos, la cabeza de mi compañera asomaba por mi frente, con una sonrisa de alivio me dedico un "buenos días".Recupere las fuerzas, la idea de mirarme la herida se me nublaba con la idea de que los mercenarios nos perseguían, me levante y abrace a Mery fuertemente ella respondió con el mismo gesto.Notaba sus gélidas lagrimas en mi pómulo izquierdo,
-Pensé...,pensé que habías muerto-dijo Mery entre sollozos -No te preocupes- conteste separándome de ella -Sigamos-
Antes de proseguir el camino me arranque la manga de la camiseta larga interior y la coloque en la herida sin mirar para no asustarme, me guié por el tacto, por lo que tocaba me hice a la idea de que era grave. Corte la hemorragia, pero la bala seguía dentro. Mantuve la idea de quitarme la bala durante los siguientes 4km
-Britany- mascullaba Mery en un aura de preocupación -Tenemos que quitarte esa bala- mi cara cambio de color, respire profunda y dolorosamente y asentí con la cabeza -Busquemos un lugar seguro- conteste. EL miedo a que no la sacara un profesional me inundaba el cuerpo, a cada paso que daba imaginaba el dolor que supondría la extracción. -Ahí- señale con el dedo, Mery siguió la linea que trazaba mi dedo y observó una pequeña tienda de golosinas, asintió con la cabeza. Era extraño, aquel lugar estaba vació, aun así mantuvimos el sigilo y la preocupación que nos mantuvo vivas año y medio, Llegamos a la puerta del local, yo me apoye en el escaparate mientras Mery forzaba la cerradura con la ganzúa, era una experta, no tardaba mas de 15 segundos en abrir puertas. Adquirió la experiencia con la puerta de la sala de profesores, cada vez que cateaba un examen se colaba para ponerse un aprobado. Abrió la puerta muy despacio y con el arma en mano, mientras tanto yo me fije en un plano de metro, -¿Brisbane?-susurre,-¿Que?- respondió Mery cerrando de nuevo la puerta,-¿estamos en Brisbane?- cuestione -Si, eso parece- dijo Mery volviendo a abrir la puerta. Un sonido de dentro nos hizo mantenernos alerta, sabíamos que había alguien dentro, pero lo que no sabíamos era si era un zombie o un ser humano, y en caso de que fuera humano tendríamos que comprobar si colaboraba con los mercenarios que nos buscaban. Como si de telepatía se tratara mi compañera y yo nos miramos, empuñamos las armas y entramos bruscamente, la figura de una persona se formaba en la sombría tienda, el tiempo se paró por completo, no sabíamos si disparar o comprobar primero quien era, la decisión dependía de aquella sombra que se ocultaba tras el mostrador.
